1.- Me encantan los gestos románticos, más cuando son sorpresivos, aún más cuando noto que ocupaste tiempo en organizarlo.
2.- Amo las canciones románticas con una tonada simple, más cuando se pueden cantar con una sonrisa en la cara, aún más cuando la cantas para mi.
3.- Las flores son lindas, me gustan los ramos, más cuando son colores alegres, aún más cuando es mi flor favorita.
4.- Los dulces me fascinan, más cuando se comparten, aún más cuando traes uno y lo compartimos.
viernes, 19 de julio de 2013
viernes, 12 de julio de 2013
One step closer
"Llegará el día en que todo cambie, el día en que ya no puedas soportar más mi ausencia, y ese día, finalmente querrás conocerme"
~Hank Green
“Read books. Care about things. Get excited. Try not to be too down on yourself. Enjoy the ever present game of knowing.”
martes, 9 de julio de 2013
Just so you know
Debo admitir, que cada vez que me siento triste no puedo escribir nada coherente. De alguna manera mi creatividad está relacionada con lo bien que me sienta, probablemente sea mejor.
Muchas veces he tratado de describir mi sueño, ese sueño, el del anillo. No le he dicho a nadie, ni siquiera a mi confidente, a nadie.
Dentro de mi cabeza se conjugan muchas ideas, rara vez termina saliendo bien, pero siempre empieza de diferentes maneras, sigue muy romántico y luego viene siempre ella, la niña de cabello largo.
Debe tener entre 3 y 5 años, el pelo castaño, un vestido blanco, corte princesa y con encaje de flores. Frente a ella está siempre la pared color mostaza (a veces verde opaca) con un ventanal abierto y las cortinas abiertas de par en par, el visillo blanco ondea al viento primaveral; en la pared hay retratos familiares que no alcanzo a divisar. La habitación en si es espaciosa y está decorada de la manera más perfecta que he visto. La pequeña está arrodillada en el centro del living, apoyada en la mesita de centro de madera color caoba; no alcanzo a ver, pero sé que está dibujando y ya vi el dibujo "al pasar a su lado" pero nunca he pasado a su lado.Siempre en cámara lenta, siempre la misma escena; siento el viento que entra, de a poco eso se desvanece y me veo en otro lugar, uno completamente diferente.
Es el balcón de una casa, pintada amarilla por fuera. Está en el segundo piso, y estoy apoyada en la baranda de madera adornada con luces, quizá es navidad, pero las calles no dicen eso. Siento que el ventanal de detrás mio se abre, pero no volteo, nunca volteo. Pasa muy rápido, como ráfaga, pero ya volví a otro lugar.
Este tercer lugar es siempre el mismo, siempre es una habitación con nada más que una cama tamaño king, con fundas blancas con adornos de flores en las orillas, el cobertor de plumas blanco, nadie más que yo en esa cama, solo yo porque alguien ya se fue. Encima del mesón, que al parecer estaba ahí siempre, hay un ramo de flores, Gerberas amarillas, (¿Qué onda con el amarillo?) con una carta escondida entremedio. "Tuve que irme temprano a trabajar, Te amo" y sé que es de él; solo que no sé qué "ÉL".
El cuarto y último escenario siempre es el mismo, el edificio de instituto, se abre la puerta principal, subo las escaleras y sé quién está en la sala, porque ya estoy adentro, sentada. Escribo unas cuantas cosas que dice el maestro, suelto el lápiz y veo mi mano izquierda, el hermoso anillo que significa más que cualquier otro anillo, más que una solicitud fue una promesa, que pronto sucedería algo que duraría por toda la eternidad. Comienzo a mirarlo más de cerca y sé que es muy nuevo, muy reciente, que me dijo unas hermosas palabras para finalmente pedirme que sea su esposa hace muy poco. Pasan unos segundo y siento que apretan mi mano derecha, veo su brazo, fuerte y protector, cuando alzo la mirada para ver su rostro, sabiendo que es él quien me acompaña en el resto de los escenarios, veo su torso, con una camisa, subo la mirada para al fin ver su rostro y al mirar no veo más que la pared de mi pieza y mis ojos con lágrimas.
Era una sensación hermosa, un sentido de pertenencia, de protección y de confianza. Saber que él existía, aunque sea en mis sueños, saber de esa pequeña, aunque sea por unos cuantos segundos. Vivir en completa felicidad, aunque sea por un simple instante.
Muchas veces he tratado de describir mi sueño, ese sueño, el del anillo. No le he dicho a nadie, ni siquiera a mi confidente, a nadie.
Dentro de mi cabeza se conjugan muchas ideas, rara vez termina saliendo bien, pero siempre empieza de diferentes maneras, sigue muy romántico y luego viene siempre ella, la niña de cabello largo.
Debe tener entre 3 y 5 años, el pelo castaño, un vestido blanco, corte princesa y con encaje de flores. Frente a ella está siempre la pared color mostaza (a veces verde opaca) con un ventanal abierto y las cortinas abiertas de par en par, el visillo blanco ondea al viento primaveral; en la pared hay retratos familiares que no alcanzo a divisar. La habitación en si es espaciosa y está decorada de la manera más perfecta que he visto. La pequeña está arrodillada en el centro del living, apoyada en la mesita de centro de madera color caoba; no alcanzo a ver, pero sé que está dibujando y ya vi el dibujo "al pasar a su lado" pero nunca he pasado a su lado.Siempre en cámara lenta, siempre la misma escena; siento el viento que entra, de a poco eso se desvanece y me veo en otro lugar, uno completamente diferente.
Es el balcón de una casa, pintada amarilla por fuera. Está en el segundo piso, y estoy apoyada en la baranda de madera adornada con luces, quizá es navidad, pero las calles no dicen eso. Siento que el ventanal de detrás mio se abre, pero no volteo, nunca volteo. Pasa muy rápido, como ráfaga, pero ya volví a otro lugar.
Este tercer lugar es siempre el mismo, siempre es una habitación con nada más que una cama tamaño king, con fundas blancas con adornos de flores en las orillas, el cobertor de plumas blanco, nadie más que yo en esa cama, solo yo porque alguien ya se fue. Encima del mesón, que al parecer estaba ahí siempre, hay un ramo de flores, Gerberas amarillas, (¿Qué onda con el amarillo?) con una carta escondida entremedio. "Tuve que irme temprano a trabajar, Te amo" y sé que es de él; solo que no sé qué "ÉL".
El cuarto y último escenario siempre es el mismo, el edificio de instituto, se abre la puerta principal, subo las escaleras y sé quién está en la sala, porque ya estoy adentro, sentada. Escribo unas cuantas cosas que dice el maestro, suelto el lápiz y veo mi mano izquierda, el hermoso anillo que significa más que cualquier otro anillo, más que una solicitud fue una promesa, que pronto sucedería algo que duraría por toda la eternidad. Comienzo a mirarlo más de cerca y sé que es muy nuevo, muy reciente, que me dijo unas hermosas palabras para finalmente pedirme que sea su esposa hace muy poco. Pasan unos segundo y siento que apretan mi mano derecha, veo su brazo, fuerte y protector, cuando alzo la mirada para ver su rostro, sabiendo que es él quien me acompaña en el resto de los escenarios, veo su torso, con una camisa, subo la mirada para al fin ver su rostro y al mirar no veo más que la pared de mi pieza y mis ojos con lágrimas.
Era una sensación hermosa, un sentido de pertenencia, de protección y de confianza. Saber que él existía, aunque sea en mis sueños, saber de esa pequeña, aunque sea por unos cuantos segundos. Vivir en completa felicidad, aunque sea por un simple instante.
Él
Me atraían sus ojos, su mirada, su boca, su forma de hablar, sus brazos, su espalda, su sencillez, su seriedad, su risa, su tranquilidad ante los problemas, su forma de hablar, su voz y su sonrisa. En fin, esa persona me atraía mas que cualquier otra en mi vida.
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