Pero mientras escuchaba en el taxi a dos personas hablando y quejándose de todo esto, miré por la ventana y alcancé a ver rápidamente a una mujer barriendo. En el mismo momento pasó un camión recolector de basura y semáforos funcionando, calles buenas y señaletica funcional.
Olvidamos nuestras bendiciones por estar inconformes con las maldades del momento.
Aún tenemos tanto por qué alegrarnos. Podemos hablar entre desconocidos en un taxi y nadie piensa que entre nosotros puede haber un asesino. Podemos reír con el chofer y no pensamos que puede ser un psicópata robándonos para siempre.
Si, hay dificultades, pero siempre tenemos aún más bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario